El nombre de México ha pasado por muchos cambios a lo largo de la historia. El país fue nombrado de diversas maneras por distintos grupos de habitantes, incluyendo los indígenas del Valle de México, el pueblo azteca, que llegó allí alrededor del año 1200 d.C, y los colonizadores españoles que llegaron a la región en el año 1500. ¿Cómo llegó entonces el país a llamarse México?
El pueblo prehispánico del Valle de México se refería a lo que ahora llamamos México como Anáhuac, que en náhuatl (la lengua de los aztecas) significa «tierra rodeada de agua», aunque también se usaba para referirse al universo. Esta denominación resulta razonable, pues el Valle de México, a pesar de su nombre, es en realidad una meseta rodeada de montañas volcánicas, y sus asentamientos se produjeron entre un sistema de lagos. El imperio que construyeron los aztecas se encontraba rodeado por varios de estos lagos, formándose así una especie de isla que estaba conectada por puentes terrestres a la orilla y otras islas.

Ilustración del artista mexicano Tomás J. Filsinger
La mayoría de los historiadores creen que la palabra México proviene del náhuatl (Méshico) para referirse al «lugar de los mexicas», que eran los pueblos nómadas que lograron llegar al Valle de México desde supuestamente una tierra norteña llamada Aztlán, el hogar ancestral de los pueblos aztecas.
Independientemente de su procedencia exacta, los mexicas causaron un gran impacto en el valle, y el término México sin duda proviene de ellos. Con la llegada de los españoles, el Imperio Mexica se llamaba México-Tenochtitlán, e incluía la Ciudad de México, gran parte del área circundante y partes de los estados cercanos actuales, como el Estado de México y Puebla.
Los españoles llamaron a México «Nueva España» y Ciudad de México fue su capital, siendo declarada como tal en 1585. Durante esa época, los españoles se referían a la capital como México (el resto de la colonia era conocida como «Nueva España») y no fue hasta el inicio de la Guerra de Independencia mexicana (1810) que el propio nombre de México se convirtió en un título permanente en todo el territorio.
Sin embargo, la RAE fijó en 1815 la Ortografía de la Lengua Castellana, donde ilustró que las palabras escritas con equis y que se pronunciaban con jota, debían ser escritas con jota y no con equis. En ese momento, México pasó a ser Méjico para la RAE. Esta implantación no fue bien recibida por los mexicanos, ya que la procedencia del nombre, como ya hemos visto, tiene origen en las lenguas prehispánicas y, al modificarlo, se perdería su verdadera identidad. De este modo, la Academia Mexicana de la Lengua nunca aceptó que México fuera escrito con jota.
En septiembre de 1821, cuando finalmente se declaró la independencia de México, Agustín de Iturbide fue declarado públicamente primer emperador y, a partir de ese momento, el país fue oficialmente conocido como México. Con el logro de la independencia se ratificó el derecho de la población mexicana de escribir el nombre de su país como siempre habían querido.
En 1992 la RAE finalmente reconoció que el nombre de México podía ser escrito con equis, pero su preferencia seguía siendo con jota. Muy posteriormente, en 2001, la academia estableció que la forma más correcta de escribirlo es con equis.